martes, 3 de marzo de 2009

un armario sin fondo

Pasan las pasarelas, en Cibeles con más de lo mismo y llegan "Las Pasarelas", así con mayúsculas.
Estoy interesada por la moda, como lo estoy por el arte y porque si interesa a Vattimo, Baudrillard y demás "coolfilósofos", por algo será.
Ahora bien, dentro de la moda hay artistas, costureras, editoras malas como el diablo, editoras de revista, y periodistas que acaparan regalos y canapés. Y trendsetters que son ellas mismas, un homenaje en su mismidad
De todas, mí preferida no es Suzy Menkes, editorialista que hace cambiar desfiles y que se está poniendo muy gorda de tanta sentada. Yo adoro a Anna Piaggi, porque es imposible ponerse tantas cosas encima y no caerse de bruces.
Anna, es la única mujer con la que todos los gays que se dedican a lo fashion, se casarían para poder exhibirla del brazo en los desfiles. Tenerla en casa ya debe ser otra cosa.
Famosa y extravagante- o por ello- si es que está palabra no se queda pequeña para ella, Anna ha decidido pasar a la historia de la moda al mismo nivel que sus ídolos, no por lo que escribe sino por la edición de su estilismo.
No sólo de economía vive éste blog. La moda es tendencia también de confianza, y Anna está visto que tiene más que su amigo Karl Lagerfeld, y que medita antes de salir, no como Maleni.
La elegancia no entra en una arquitectura tan estudiada. ¿Tengo que añadir que Anna aborrece el minimalismo?. Eso es una cosa de Adolfo Dominguez. Ella es neobarroca y empanada como una buena milanesa.
Porque en el fondo, vestirse es disfrazarse. Hoy juego a ser tú, mañana juega a ser yo. Ésa es la gran estafa, como diría Wilde, "la moda es esa forma de fealdad tan espantosa que debe cambiar cada seis meses".
Escribo con tanta iíes que parezco una canción de Leonard Cohen.

1 comentario:

Pilar Mandl dijo...

¡Buenísimooooo!!!!
Si es que escribes de maravilla, DA GUSTO LEERTE, qué bien hilvanas las ideas...