sábado, 22 de julio de 2017

pescando la felicidad.


Érase una vez un hombre de negocios que estaba sentado en la playa de un pueblo brasileño. En un momento dado, levantó la vista del periódico y vio a un pescador remando hacia la arena, con el bote lleno de grandes peces. Impresionado, le preguntó al pescador: "¿Cuánto tiempo te ha llevado pescarlos?".
"Ah, no demasiado", contestó este.
"Entonces, ¿por qué no te quedaste más tiempo en el mar y pescaste más todavía?", volvió a preguntar el hombre de negocios.
"Estos son suficientes para alimentar a toda mi familia", le explicó el pescador tranquilamente.
"Pero, ¿qué vas a hacer el resto del día?", continuó el hombre de negocios.
"Bueno -dijo el pescador- me levanto temprano en la mañana, salgo al mar a pescar y luego vuelvo a casa a jugar con mis niños. Por la tarde me echo la siesta con mi mujer y por la noche quedo con mis amigos en el pueblo para tomar algo, cantar, bailar y tocar la guitarra hasta la madrugada".
El hombre de negocios reflexionó un momento y luego le hizo unapropuesta al pescador: "Yo tengo una MBA (Master of Business Administration). Te puedo ayudar a ganar mucho más dinero. Tendrás que pasar más tiempo en el mar tratando de capturar tantos peces como sea posible. Cuando ahorres lo suficiente podrás comprar un bote más grande y capturar todavía más peces. Entonces podrás comprar más botes y fundar tu propia empresa con tu propia planta procesadora y red de distribución. Para entonces te habrás ido de este pueblo y te habrás trasladado a Sao Paulo, donde tendrás tus oficinas centrales desde donde gestionarás todos los departamentos y delegaciones de tu compañía"
Los daneses son bastante relajados en lo tocante al dinero. Para la mayoría, ser rico no es una prioridad 
El pescador negó con la cabeza, "¿Y después?", preguntó.
"Después de eso -se rió el hombre de negocios- podrás vivir como un rey y cuando te hayas hecho un nombre podrás invertir en bolsa y te convertirás en millonario".
"Y, ¿después?", volvió a preguntar el pescador.
"Después -continuó el hombre de negocios-, podrás, por fin, retirarte, irte lejos, y comprar una casita en un pueblo de pescadores donde te levantarás temprano por la mañana, pescarás algo, volverás a casa a jugar con tus niños, te echarás una buena siesta con tu mujer, te reunirás con tus amigos por la noche para tomar algo, y 'y cantaréis, bailaréis y tocaréis la guitarra hasta la madrugada!".
A lo que el pescador, perplejo, respondió: "Pero, ¿no es exactamente eso lo que hago yo ahora?"

jueves, 20 de julio de 2017

Se fue de la vida, sin tarjeta black


En un mes de abril, abandonado y condenado por Nerón, que había sido su pupilo, Séneca se cortó las venas. Se fue de la vida. Cuando un hombre, implicado en casos de corrupción, decide quitarse la vida, uno nunca sabe si ha decidido salir de la vida o huir de la vida. Acaso el sentimiento que se impone es el abatimiento, el deshonor, la sensación de que ya se ha consumido todo el tiempo en el que pudieron ser felices. Y no son más que cadáveres civiles que se ocultan y vuelven la cara cuando caminan por la acera, abrasados por el dinero que acumularon.
Es difícil imaginarse a Miguel Blesa, con su eterna sonrisa flemática y su pelo blanco engominado, pegándose un tiro, y quizá por eso sus amigos y sus familiares no se crean que se trate de un suicidio sino de un accidente de caza. Tan difícil es imaginarlo como complejo resulta comprender que un cazador de su experiencia se disparase fortuitamente en el pecho, ni en la pierna, ni en un brazo, cuando revisaba su rifle momentos antes de salir a cazar ciervas, en una batida de descastes autorizada fuera de veda. Pero da igual: el final ya está escrito.
En aquella misma finca en la que Miguel Blesa obtuvo alguno de sus mejores trofeos de caza, grandes cornamentas desnudas de un venado o de un gamo colgadas de una pared, figura ahora la imagen recreada de su cuerpo ensangrentado, tendido en las cocheras, vestido de cazador, como epílogo trágico de una época de infamia en España. Amanece en un cortijo lejano de Sierra Morena. Suena un disparo, hay un revuelo de palomas, ladran los perros. Se cierran los ojos, se acaba la luz, todo se inunda de negro. 'Back to black'. ( Javier Carballo)