jueves, 26 de diciembre de 2013

el hombre que amaba todo el año





Navidad es un momento azúcar, que en ocasiones a los propensos a la diabetes, nos sienta verdaderamente mal. Hay que ser feliz por narices y tener familia por "huevos" aunque sean los de pascua. E incluso los que se odian, aparcan y dicen amarse. No hay más que ver las comidas y cenas de empresas.
Así que a los que decidimos desertar del "campana sobre campana", se nos hace verdaderamente duro y estamos deseando que comience la cuesta de Enero, que es mucho más liviana.

Hoy les quiero hablar de amor para todo el año, y es el que sostiene a una pareja: Bob y Linda. Hace unos años se trasladaron a la Costa Este de Estados Unidos, contentos y felices para inicar una nueva vida. Sin embargo, como en todos los cuentos los finales felices son raros, la pareja tuvo que lidiar con una cáncer de mama que descubrieron a Linda, y que volvió a reproducirse.

Bob era fotógrafo y en lugar de ponerse el pin rosa en la solapa, se armo con sus cámaras y un amigo dedicándose a recorrer paisajes ataviado con un tutú rosa - que más que dejarle en rídiculo- lo convirtió en un hombre amado por todas las mujeres.
No era un macho alfa, era un hombre dispuesto a hacer reír a aquellas que habían perdido la sonrisa. Además publicó un libro para recaudar fondos para la luchar contra el cáncer. 

Bob dice, que por extraño que parezca, el cáncer les ha enseñado que la vida es buena, que aunque puede ser difícil, lo mejor que se puede hacer para afrontar los días, es reírnos de nosotros mismos, y compartirlo con los demás. !Qué gran hombre!  Tiene dos cualidades esenciales: ama y hace reír. Me gusta y le admiro.
Incluso sus fotografías, me gustan mucho.

Amigos, hay que amar todo el año. Y demostrarlo cayendo en el ridículo, aunque sea el más espantoso. Porque como decía Pessoa todos las cartas de amor son ridículas. Y Navidad son unos días para hacer caja en las grandes superficies. Nada que ver con el amor.

lunes, 23 de diciembre de 2013

belleza y cultura sin iva

Hace tiempo que la idiota se ha quedado sin palabras. Denunciar es estar leyendo cada día cosas que van ensuciando el alma y el pensamiento. Y una en su ingenuidad inocente pensaba que las cosas que se dice se arreglan. Pues no, porque los que las desarreglan tienen que tener voluntad de arreglarlas y eso no pasa en estos días, y desde hace mucho tiempo en este país.

Y no tiene sentido, porque sólo se convence a los que ya están convencidos. Así que le dejo ésta maravilla como felicitación cultural, gratis total y sin IVA. Felices Fiestas, si es que les dejan. Yo mientras tanto, pasaré de puntillas por las fiestas para que no me pasen por encima.

Por favor, el último que apague la luz.

Director Ben Shirinian and Choreographer/Dancer Guillaume Côté