viernes, 10 de octubre de 2014

Rato usaba la tarjeta en congelados la sirena.



Hace algunos meses que ví en un reportaje de la 2 a un neurólogo que decía que en el mundo hay casi un 50% de psicópatas y yo pensé que se equivocaba; eran más. También decía que eran todos o casi todos, de los que no iban matando con cuchillos sino que mataban haciendo desgraciado al mundo, y que la mayoría eran directivos de grandes corporaciones, dirigentes de todo tipo: poderosos y políticos.

Y viendo lo que vemos diariamente, pienso que efectivamente los tenemos ahí dirigiendo el mundo y nuestras vidas. Son gente que creen pueden permitírselo todo, que no tienen ni una gota de empatía y que piensan que son unos honrados dirigentes, y de esa mentira entre lo que creen y lo que en realidad son, nacen todas nuestras desgracias.

Hemos visto con asombro como un Consejero de Sanidad que además es médico, arremete llamando mentirosa a una pobre auxiliar que se ocupaba de limpiar las heces y lo que hubiera menester y que estaba en esa habitación de forma voluntaria. 

Nadie reparó en que su responsabilidad estaba en aislar a todos los trabajadores que cuidaron de los misioneros esos días, hasta que se tuviese la seguridad, de que no estaban contaminados, no les dieron el material que con estricto rigor necesitaron, y vimos a ese individuo que a la enferma le llamaba mentirosa.

Y ese "señor" y todos ellos, dicen que cuando el tema se aclare, habrá que dirimir responsabilidades -palabra hueca que repiten tanto como la recién estrenada protocolo-.

En España repatriamos dos misioneros con gran pompa y marketing institucional, sin saber que se traen entre entre manos, a no ser que sea una tarjeta "black" profundamente opaca.

La corrupcion nos ha invadido,y ahí tenemos desde los multimillonarios ejecutivos que usaban tarjetas hasta para comprar en el Corte Inglés; porque la ambición, la desfachatez y la mierda hace mucho que estaba instalada, y a todos nos parecía casi normal. Los patriotas ocultuban dinero en Suiza y llevaban tirantes con la bandera española, un sindicalista tenían cuentas opacas con 1,4 millones de euros que se apresuró a regularizar con la amnistia de Montoro, y la familia real se retrataba en Palma felices como en una película de la Familia Trapp, hasta que se descubrió que ni se hablaban entre ellos.

Todo en un país en el que pasan tantas cosas que nunca sucede nada.

Los jueces son inhabilitados y el Fiscal General del Estado dice que antes de acusarlos gratuitamente a tarjeteros opacos habrá que estudiar muy bien para establecer que son culpables.

Verde y con asas: cesta

Para que quede constancia en este archivo que guardo de todos los idiotas, he aquí los gastos permenorizados del Sr. Rato:

Según consta en el desglose de gastos, Rato cargó a su tarjeta de crédito gastos en un solo día de 3.547 euros en bebidas alcohólicas, casi 1.000 en una zapatería, y realizó hasta 18 retiradas en efectivo, 17 de ellas de 1.000 euros en cajeros de su entidad, según informa Efe.
También figuran al menos 2.172,21 euros en "clubs, salas de fiestas, pub, discotecas y bares" en días sucesivos del 23 al 27 de febrero de 2011; 2.439 euros en regalos de arte sacro de la empresa Santarufina S.L, una compañía al servicio de la Iglesia dedicada a la creación, conservación y restauración de bienes de arte sacro y 5.897,77 euros en restaurantes de todo tipo de categorías, desde el Vips hasta Casa Lucio, La Castela, La Zamorana DIverxo o Embasy.
Además, Rato sacó en cajeros automáticos un total de 17.300 euros en efectivo. También pagó compras por valor de 680 euros en la tienda de lujo Loewe, y figuran gastos en billetes de avión de casi 1.500 euros y de tren, hoteles de lujo y balnearios
Pero Rato cargó además, según la referida información, pequeños gastos a su tarjeta opaca de Bankia, tales como entradas para el Teatro Real (328 euros), ropa (793,40 euros), una suscripción a Digital Plus (34,50 euros), flores del vivero Florabella (85,04 euros) y compras en el supermercado de congelados La Sirena (6,03 euros), informa Servimedia.

Y no es kafkiano, pero pongo la foto de Frank porque no aguanto la cara de los tarjeteros.