Hoy todo el mundo habla de lo bueno que es leer, incluso aquellos que fomentan una incultura rampante como medio para mantener a la población atontada y fácil de manipular. Incluso aquellos que se dicen dedicados a la difusión y la defensa de la cultura, como nuestro innombrable ministro, al que no le tiembla la mano para favorecer a la industria de la propiedad intelectual.
Lo que nadie va a decir es que tanto Shakespeare como Cervantes, dos de los máximos exponentes de la literatura universal (cada uno en su lengua) desarrollaron su obra en un mundo con imprenta y sin restricción de copia. Porque la restricción de copia como tal «protección del autor» (antes existía como control censor del Rey de Inglaterra que así evitaba que se imprimieran panfletos en su contra) no fue introducida hasta 1710, en lo que se conoce como el Estatuto de Anne. También Molière, uno de los mayores dramaturgos en francés de todos los tiempos, desarrolló su obra en este periodo.
Los que pretenden convencernos de que la restricción de copia persigue la excelencia y el progreso de la cultura deberían mirar al pasado, deberían analizar los hechos e intentar ser mínimamente rigurosos en sus afirmaciones, por una vez en la vida. Deberían ver qué sucedió cuando las leyes no prohibían las aplicaciones que la tecnología tenía para aumentar la difusión de la cultura entre todos. Es hora de reclamar un estatus similar para nuestro tiempo. Aunque a corto plazo será suficiente con que las leyes de propiedad intelectual se modifiquen hasta términos razonables; ahora son absolutamente grotescos.
(texto recogido y copiado literalmente de versus'blog)
(Fotografía de Walker Evans, o quizás sea la de Sherrie Levine "After Walker Evans")
Lo que nadie va a decir es que tanto Shakespeare como Cervantes, dos de los máximos exponentes de la literatura universal (cada uno en su lengua) desarrollaron su obra en un mundo con imprenta y sin restricción de copia. Porque la restricción de copia como tal «protección del autor» (antes existía como control censor del Rey de Inglaterra que así evitaba que se imprimieran panfletos en su contra) no fue introducida hasta 1710, en lo que se conoce como el Estatuto de Anne. También Molière, uno de los mayores dramaturgos en francés de todos los tiempos, desarrolló su obra en este periodo.
Los que pretenden convencernos de que la restricción de copia persigue la excelencia y el progreso de la cultura deberían mirar al pasado, deberían analizar los hechos e intentar ser mínimamente rigurosos en sus afirmaciones, por una vez en la vida. Deberían ver qué sucedió cuando las leyes no prohibían las aplicaciones que la tecnología tenía para aumentar la difusión de la cultura entre todos. Es hora de reclamar un estatus similar para nuestro tiempo. Aunque a corto plazo será suficiente con que las leyes de propiedad intelectual se modifiquen hasta términos razonables; ahora son absolutamente grotescos.
(texto recogido y copiado literalmente de versus'blog)
Cuentan que Samuel Fuller, estuvo en París para un homenaje que le hacían los chicos de Cahiers du Cinéma. Dentro del mismo le pusieron varias películas realizadas por ellos, cuando acabó el visionado, le preguntaron que le parecían y dijo "me suena que ustedes me han copiado varias tomas e ideas", y Chabrol le respondió "querido Sam, lo que en América llaman plagio, en Europa lo llamamos homenaje".
!Ojala tuviera yo el talento necesario, para que alguien me copiara !Los artistas plásticos, se inventaron un género llamado "apropiacionismo" del que la representante más comprometida es Sherrie Levine, que trabaja con obras de cualquier artista: Warhol, Bacon, Duchamp, Walker Evans, etc. La fotografía que ilustra es de esa autora, cuando la utilizó los derechos del autor habían caducado, lo más increíble es que la fotografió de un catálogo de Evans, y la obra de Levine tiene protegidos los derechos de autor. El arte para el que se lo teoriza. Sobre la idea de Levine hay extensos artículos y criticas que transforman esa copia en obra de arte, con restricción de copyright.
Cómo se enteren los chicos de canón de la SGAE, cobrarán derechos por comprar los derechos.(Fotografía de Walker Evans, o quizás sea la de Sherrie Levine "After Walker Evans")
2 comentarios:
es muy sensato todo lo que dices. Pero el tema es que, hoy en día, la cultura es una industria. Se financia, se planifica, se produce, se promociona, se distribuye y comercializa con el fin de distribuir dividendos entre los socios del cotarro.
En realidad el problema de Internet sólo afecta a la parte de la distribución, pero acaba afectando a toda la cadena de valor del sector porque era esa misma distribución quien controlaba todo el proceso, sin aportar absolutamente nada al proceso creativo de la sociedad. Algo así.
Me gusta la foto, me recuerda aquellas de W. Evans sobre la Gran Depresión. Me gusta el blog en general.
Un saludo!
Hola NoSurrender,
me honra tu paso por mis pequeñas idioteces. No pretende éste blog otra cosa que mezclar churras con merinas, y dar salida a una especie de frustración por las grandes mentiras y profundidades de los medios "llamados serios". Tienes razón, acaba afectando a toda la cadena de valor sector y ahora que el papel, ya está en crisis querrán controlar lo digital (ya lo están haciendo). Pero como la red es bastante incontrolable, por el momento, hay sitio y lugar para reciclar ídeas, copiar y transmitir buenas cosas que se les ocurren a otros, y vivir contando.
La fotografía era de Walker Evans, sólo que para hacer una ironía artística digo que puede ser de Sherrie Levine, y así incluso me puede demandar.
Gracias y un saludo.
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