viernes, 28 de noviembre de 2008

cosas británicas

Tras una vida dedicada al deber y dejando de lado el placer, el descubrimiento de Proust, Genet, Mitford y tantos otros, no puede dejar a la monarca incólume. A partir del momento en que la literatura entra a formar parte de su vida, todo pasará a un segundo plano ante el escándalo de la corte y del Premier británico: audiencias caóticas, comportamientos inadecuados por parte de la Defensora de la Fe, amistades inconvenientes...e incluso posturas inconvenientes. ("Una lectora nada común") A los libros no les importaba quién los leía o si alguien los leía o no. Todos los lectores eran iguales, ella incluida. La literatura, pensó, es una mancomunidad, las letras, una república"
Me parece mucho más democrático el detalle de la reina haciendo lo que todos hacemos, que cazar al heredero no haciendo lo que debe. Esto es, acudiendo a los lavatorys.
También desde la ficción the queen ha indicado a su real family que reduzcan los gastos, que los tiempos son de mucha crisis y no pueden ir por ahí a tontas ya locas. En tiempos duros, a todos nos dan por cuestionar incluso a los "royals". Pero no al estilo Tardá.

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