Ni el arte, ni la literatura ni la televisión están para educar. Ahora bien, una cosa es eso y otra poner a ladrones en hora punta y decir que para elegir está el mando. Los que nos desgobiernan no tienen mando, están en otros asuntos. Los mandamases de los bancos internacionales están cambiando de mujer, y poniéndoles un sueldo. Aquí, discutiendo sobre si los rusos son demócratas u oligarcas. Es que en éste país no se lee, y si se lee no se retiene.
La televisión enseña mucho más de lo que parece, pero hay que fijarse. Los Soprano matan, pero son muy familiares, los Rich roban, los Tudor intrigan. Pero en la literatura, y en las buenas series se representa la sociedad sin dietas light, sin ongs, sin políticos que están siempre pensando en lo mejor para todos nosotros. Si quieren realidad asómense a las series, no al telediario. Y no pidan a la ficción cosas que son realidad pero que no quieren que se vean. No les pidan que lleven una dieta sana y equilibrada. Que vayan al dentista regularmente. Que no se droguen. Y que no follen. Si quieren aprender realidad vean las series, y el folletón de historia en siete capítulos de John Adams. Política, economía, ambición, abogados corruptos, cadáveres y lobbys organizados. Eso y más. Todo está en las series.
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