Como es sabido, en España todo el mundo se pasa la vida descargándose cine español, lo mismo que se consume compulsivamente por todo el orden mundial y, sobre todo, los jóvenes; y eso es inadmisible. Así piensan los cineastas españoles, y quieren acabar con ello.
Personalmente yo creo en el arte libre e independiente. No crean que no me gusta el cine, diré más: lo que más me gusta en ésta vida es el cine, después de estar tumbada en la cama en compañía; viendo cine.
Así que veo mucho, pero que mucho cine. Y ahora desde que estoy en crisis me bajo muchas películas, ninguna española. No me atraen, simplemente no me interesa el rollo pajero, compulsivo o la memoria histórica desmemoriada. Me gustan las películas e incluso los filmes, una distinción que cualquiera que sea cinéfilo entenderá.
Es más ahora que ya nos cobran el canon, por grabar las buenas películas que me gustan y que no son españolas, quieren cobrarme una cuota por el ADSL que iría a las arcas de los presuntos cineastas españoles que son todos dignos de nombrarlos "inteligencia animal en conservación", y les pongan una reserva, les condenen a ver su cine y a comer pienso.
Sin embargo, ya que pago religiosamente las subvenciones con mis impuestos, creo firmemente que desde el Ministerio de a Sra. Sinde deberían enviar las películas por correo, a la vez que las bombillas de Sebastián a nuestros domicilios. Si es que les han dado 85 millones y han recaudado 81, así que está completamente pagado. Además pido que nos devuelvan los 4 millones restantes para comprarnos palomitas.
Aprovecho para recomendarles encarecidamente "Man on Wire", perfecto documental, emocionante, y genial que habla con hechos, de cuando un artista está dispuesto a morir por hacer de su obsesión un arte.
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