Tita Thyssen lleva muchos años como coleccionista de arte y sabe que hasta al mayor experto le pueden colar un cuadro falso. Tal vez sea esa 'deformación profesional' lo que ha impulsado a la baronesa a presionar a su hijo Borja para que le demuestre, a ella y al mundo, mediante pruebas científicas e irrefutables, que su nieto, el pequeño Sacha, es un auténtico Thyssen, digno de la suculenta herencia que le espera, y no una obra apócrifa, fruto de alguna presunta infidelidad de su nuera, Blanca Cuesta.
Borja se ha puesto manos a la obra y se ha hecho no una, sino dos pruebas de paternidad en Barcelona, según ha confirmado él mismo a la prensa. Y los resultados han sido positivos. Pero Tita no se da por satisfecha. Alega que ella no ha podido «controlar todo el proceso»y piensa que el asunto sub-prime contamina cualquier prueba. De manera que se hará una tercera prueba en Madrid... Esto empieza a recordarme a esos referendums que se convocan una y otra vez hasta que salga el resultado que esperan los convocantes.
No fue tan quisquilloso el barón cuando adoptó a Borja, de cuyo padre biológico por cierto Tita nunca ha querido revelar el nombre... No hay nada peor que una neo-conversa. Y cree el ladrón que todos son de su condición. Ella por experiencia sabe de lo que está hablando. Llegó con un niño y el barón lo adoptó.
Y eso que Blanca y el Borja no son santos de mi peana, a los que únicamente se les ve de compras, o haciendo posturitas encima de una moto en el Hola.
¡Héchale guindas al pavo! Y por cierto, ¿porqué siempre se la carga el pavo?.
Navidades de amor, navidades famosa, y grandes momentos nescafé.
En el Museo hay una visión pictórica de la guerra del 14 con mucha clase. La que a ellos les falta.
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