Menús:
Verdes tallos de emociones crujientes con aroma de amapola sobre un lecho de túberculos del bosque, y piedras gratinadas de harina de espiga dística.
Un tallo de cosmos bipinnatus es soso y mucho más hermoso bailando que muerto sobre panza de vajilla de postín.
Es mejor que disfrutes de un tallo mecido por el viento que los chefs más cursis servirían en aliño de ensalada, aderezado con leves toques florales, sobre trazos de tintes vegetales tibios y demás enseres de idioteces inútiles. Si sumamos la descripción a la tonteria y demás, tenemos una cuenta de 300 Euros, sin comerlo ni beberlo.
Así, envuelta en concepto y descripción como este bombón que vende Jeff Koons para escultura de jardín por el módico precio, de 12 millones de dólares.
Yo, bocata de chapata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario