domingo, 6 de septiembre de 2009

la banalidad está sentada en el salón


El negocio televisivo del inefable Berlusconi se basa en un título: "sin tetas no hay paraíso". Il divo ha llegado a operarse y rellenerse de botox para seguir con su persecución de jovencitas. En la feria de arte de Basilea de hace dos años se vendía un jabón hecho con la grasa extirpada al capo-ridículo.
Sus escándalos hacen reír y su política hace llorar. El caso es que en el festival de Venecia se ha presentado una película titulada Videocracy.

El Lido veneciano fue la noche de Silvio Berlusconi y de su videocracia. Él era, contra su voluntad, el protagonista absoluto del documental de un italiano, Erik Gandini de 42 años, los últimos 23 vividos en Suecia. Y es que hay poner kilómetros por medio para enfocar con lucidez las anomalías catódico-políticas del Bel Paese.
Por ello, el filme de Gandini se ha tenido que conformar con una participación menor. Resultado: una única proyección, en horario incómodo y en una sala pequeña, literalmente asaltada por los espectadores. Dos horas de cola y chasco para la mitad de asistentes, para los que hubo que improvisar una proyección adicional a medianoche.
El director explicaba:"La televisión en Italia tiene un poder increíble. Ha invadido y conquistado el imaginario colectivo. Mucha gente piensa que puede afirmarse y definirse como persona sólo si aparece en esa caja mágica". Palabras refrendadas por las imágenes de un documental que muestra cómo la infiltración capilar de un mundo de fachada, sonrisas, dinero y colores chillones ha terminado por aplastar el sentido crítico de los italianos.
Para qué hablar de otros países...
La presencia invisible del poder político,-en el caso de Berlusconi está claro, en otros más camuflado- es, sin embargo, palpable detrás de los programas emitidos en sus redes, por lo que el vínculo entre la frivolidad escupida por el universal electrodoméstico y el sentimiento político se hace indisoluble. "La banalidad ha llegado a ser una expresión del poder", apostilló.
'Videocracy' no es un panfleto contra Berlusconi y su dictadura mediática. Por lo menos, no solo. La lobotomía provocada por la televisión basura está siempre al acecho. La videocracia es un virus que se extiende. No hay vacuna, contra la estupidez. La televisión no mata, la idiotez sí.
No vean más que ficción, es un consejo del Ministerio de la Salud Mental.

3 comentarios:

Le Druide dijo...

Anda que no tenia razon Giovanni Sartori con su "Homo Videns"...!!!!!

Un abrazo

marcela dijo...

Sí, tenían razón todos lo que se temían lo peor.
Gracias por tu visita.

Pilar Mandl dijo...

Ay! que no te van a dejar entrar en la próxima bienal.