domingo, 31 de mayo de 2009

Zapatero anuncia que firmará en semanas un gran acuerdo social que él ya tiene listo por su cuenta. Es un “consenso kosovar”, digamos, unilateral, como las declaraciones de amor. Son lentejas, pero parece que a los sindicatos no les entusiasma que les pasen a la firma el “acuerdo” que ya ha tomado él solo. El Gran Piloto es así. “El pacto social, que el presidente pilota personalmente“, dice el periódico. A él no le gustan los chóferes: él pilota personalmente, como el rey. “Siempre me pongo al frente, es mi estilo“, insiste en una narcótica entrevista de seis páginas en Público,
Yo no, yo me siento siempre en el último banco, con los más traviesos, y piloto por persona interpuesta: jamás piloto personalmente, ¡hasta ahí podíamos llegar!
-¿Tienen que interesarnos los trajes de Camps o el Yak? ¿Es obligatorio? A mí me importa un rábano. Los periódicos reproducen facturas y cosas así, subrayadas con marcador amarillo. Mola. Documentos que ellos han encontrado. Súper-periodismo, súper-investigación, casi norteamericano, como el chicle Bazooka.
Parece como esas películas que se anunciaban a bombo y platillo: ¡Basada en hechos reales!
¡Noticias basadas en hechos reales, lo juramos, ponemos fotos de documentos para que se vea!
No les falta razón: la mayor parte de las noticias ya sabemos que no están basadas en hechos reales. Son declaraciones, estadísticas, promesas, anuncios, etc.
-Esta semana también ha venido el legendario Tío Paco con las rebajas a todo lo que anunció Zapatero en el debate. Lo de los coches, un lío, parece que cuestan más gracias a las ayudas. ¿Ordenadores? No parece que vaya a funcionar. Qué sorpresa, ¿verdad? Tampoco funcionan la ayudas para libros ni las becas de comedor. ¿Desgravación por compra de vivienda? La limitación a menos de 24.000 euros parece que se cae: los especuladores se van a poner morados. El parto de los montes.
-También se cae la jurisdicción internacional española, tal y como Moratinos le prometió a Israel. Obama, por su parte, no convence de casi nada a Netanyahu, pero no consta que le haya prometido muchas cosas.
-El Constitucional anula el intento del Gobierno y el Supremo de ilegalizar IISS. ETA denuncia que ha desaparecido uno de sus miembros. Herr Rubalcaba afirma que eso es una “patraña”: Es lo que nos temíamos: la lucha antiterrorista tiene como arma principal el diccionario de Casares: patraña, malhechores, ruines ratas, banda, sabandijas, etc.
-Irán prueba un misil y parece que funciona. Las armas atómicas de Israel también funcionan.
-Hay una elecciones en Europa o por ahí. ¿Tiene que interesarnos? La Unión Europea es el capitalismo a lo bestia, un chiringuito que sólo beneficia a las empresas. Vicenç Navarro lo explica muy bien en este artículo, ¿Qué pasa en la Unión Europea?, con datos muy claros.
Para lo que de verdad sirve la Unión Europea es para aumentar el beneficio empresarial (un 33% entre 1999 y 2006) y disminuir, no sólo el salario, sino también la protección social de los trabajadores. Para lo que de verdad sirve es para multiplicar la desigualdad y la explotación. Así que al menos debería interesarnos la oposición a la Unión Europea.
Desde otro punto de vista, Antonio Orejudo, razona en su artículo Vivan las europeas que sólo las instituciones europeas nos libran del mangoneo del PP y el PSOE. Es verdad que, si no fuera por Europa, la línea de costa española estaría llena de Algarrobicos, por ejemplo. Dice Antonio:
El Estado de las autonomías se ha convertido en un mastodonte burocrático, en una grotesca multiplicación de Estadillos onerosos y de reyezuelos insolidarios —alguno de ellos corrupto—, que excitan los instintos más bajos de la ciudadanía para conservar su regioncita de poder. Las instituciones europeas son las únicas (modestas, sí, pero no hay otras) que limitan de vez en cuando los abusos de este perverso, pero sagrado, sistema de organización administrativa
-Se han muerto Benedetti y Rafael Conte.
-En Cannes ponen películas o algo así. En España parece que se hacen demasiadas películas. Sólo en Cataluña se ruedan más películas que en el Reino Unido: el año pasado 77 en Cataluña y sólo 66 en Gran Bretaña. En España, 173. De ellas, cien o no se estrenaron o no las vieron ni cien personas. Según El País, para entender esta demencia:
hay que recordar el sistema de ayudas oficiales a la industria del cine. Ayuda del Gobierno central, ayuda de los Gobiernos autónomos, ayuda, por obligación legal, de la televisión pública estatal, de las autonómicas y de las privadas… Así hasta tener la sensación de que igual se hace cine como se cultivaba el lino, para recaudar subvenciones, aunque luego ni se recoja el lino ni se proyecten los filmes.
Cuando se hicieron obligatorias las subvenciones de las televisiones al cine, por ley, en 1999, se pasó de hacer 66 películas a hacer 106. Y piden más y más, y no dejan de llorar, cariacontecidos, inconsolables. Cada año, el cine pierde espectadores. A nadie le apetece ver esas películas. ¿Por qué no subvencionar entonces a los espectadores, que es lo que de verdad falta en el cine español? A mí, si me pagaran bien, iría a ver cine español sin parar, lo prometo. Por sólo treinta euros prometo ver incluso una película catalana.
El problema es que tienen que competir con las películas extranjeras,. Pobres. Dobladas, además. Qué injusto. Claro, claro, eso tiene que ser súper-duro: no como los novelistas, por ejemplo, que no compiten con Ken Follet. A Ken Follet, ya se sabe, en España no se le traduce o, si se le publica, es en editoriales clandestinas, sin publicidad, sin apoyo, y por eso la gente lee sin parar a Suso de Toro. ¿Por qué no exigen los novelistas una cuota de página como la de los tíos que hacen cine?
Bueno, el próximo lunes te contaré lo que lea.

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