Ay...las artes,

Rosina Gómez Baeza ha sido reconocida con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes 2008, El galardón es el máximo que entrega el Estado a personas o entidades vinculadas con las artes.
Los actores Imanol Arias, Pilar Bardem, Charo López y Cecilia Roth; Fran Rivera; Juan María Arzak y Miguel Bosé, Pedro Iturralde, Rafael Frübeck de Burgos y José Antonio Labordeta han sido reconocidos también con esta distinción.
El Consejo de Ministros, a petición del titular de Cultura, César Antonio Molina, también concedió este galardón al productor Enrique Cerezo y los cineastas Juan Antonio Porto e Isabel Coixet, así como al Festival Internacional de Cine de San Sebastián.
También figuran en la lista de premiados la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada, la payasa María Colomer, el escritor Victoriano Cremer, los artistas Nacho Criado y Isaac Díaz Pardo, el fotógrafo Alberto Schomer, la bailarina Blanca Li, el mecenas Pedro Serra, el presidente del Grupo Planeta, Jose Manuel Lara, y la Fundación BBVA.
Las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes, de carácter anual desde su creación en 1969, reconocen a «las figuras o entidades más destacadas por sus servicios de fomento y difusión del arte, la cultura y el patrimonio artístico».
¿Pero de dónde sacan tanto oro para tanta medalla?. Somos una potencia artística en lo universal. Quizás mejor no mezclar churras con merinas, o simplemente una medalla al año, para hacer el galardón más creible. Reparte que algo queda. Somos lo que premiamos.
¿Y que tal Picabia de manera retrospectiva...?Él sí que era un verdadero artista, pero se hubiera negado a recoger el galardón.
He estado pensando, que si se crearon en 1969 han pasado 40 años, y multiplicados por 24 premiados hacen un total de 960 creadores artísticos.!! Bingo !!!
En cuarenta años casi mil galardonados por disfrutar con su trabajo. ¿Y los trabajadores manuales...? Dónde está los premios al mejor electricista, fontanero, albañil. Lo digo más que nada por el gobierno socialista.No por demagogía, que también.
Por cierto, no conozco el trabajo de la payasa, pero casi seguro que se lo merece.