viernes, 4 de diciembre de 2009

soy una pobre pirata, voy a pagar el rescate

Aunque esta reforma está pensada inicialmente para acabar con las páginas de enlaces a redes P2P, su redacción permite que cualquier persona empuñe esta nueva arma para intentar cerrar cualquier página que le resulte molesta con la excusa de la propiedad intelectual.
Además es una excusa fácil de esgrimir porque encontrar "posibles" vulneraciones de propiedad intelectual es de lo más sencillo.
Deme usted un libro cualquiera y le encuentro no menos de tres posibles vulneraciones.
Si, por ejemplo, inicia un capítulo con una cita de otro autor, eso es, estrictamente, algo ilícito porque el derecho de cita sólo se permite cuando tenga un fin docente y no meramente decorativo.
La web denunciada por cualquier opositor a la misma con ganas de cerrarla, podrá alegar que el asunto afecta a su libertad de expresión y que no debe decidir el cierre ningún órgano administrativo sino un juez, pero eso, como digo, lo decidirá el propio Ministerio de Cultura. Lógico que la gente esté alarmada.
Lo que se está poniendo en riesgo es un derecho fundamental.
Fue una casualidad sorprendente que coincida en el mismo día y hora la presentación pública de una bomba como la que supone esta reforma de internet y la manifestación de músicos solicitándola muy enfadados. Así, el gobierno y artistas, hicieron de unos novios que fingen pelearse, presentaron al ciudadano en los medios de comunicación no sólo la reacción agresiva en forma de reforma legal, sino también la puesta en escena de aquellos que la exigen con urgencia. Así, quien ponga la tele verá a unos músicos pidiendo medidas desesperadas para una situación desesperada -algunos de ellos como Rosario o Chenoa apenas tiene para comer- y a un gobierno que, sin más remedio, tiene que darles lo que piden para evitar la debacle.

Aute dijo concretamente que "en cinco años esto desaparece. No habrá ni canciones ni música". De este modo las descargas de música no suponen el fin del concreto modelo de negocio que las vende, sino que supone también el fin de la propia música como tal, que es tan acertado como decir que si se siguen descargando películas porno desaparecerá el sexo. Me parece evidente que el único que está amenazado es el anacrónico modelo de negocio de la industria, que tendrá que reformarse.(David Bravo es abogado especialista en propiedad intelectual y derecho informático)

Yo sigo opinando que el mundo editorial, musical, etc. cometen un error de miopía que les cuesta (y les costará caro). Cuando su obstinación en no reciclarse y pensar en las alternativas nuevas haga que la distribución pase por modelos como iTunes, Spotify, si son listos tendrán los derechos a salvo. Si piensan que además del “canon” van a seguir poder cobrando 20+ euros por un CD, no se dan cuenta que están fuera de la realidad.

Nunca ha habido tanta música, nunca tantos conciertos que es como los músicos se ganan ahora el dinero, incluso hay grupos que ponen a la venta sus canciones por internet y les va bien.

Me veo una pobre pirata, pagando por sus secuestros. El mundo al revés.

Por cierto que la ley está dentro de la de medidas in-sos-tenibles

3 comentarios:

dvd dijo...

La ley no es más que un reflejo de la política llevada a cabo por el PSOE, política de mendigos y de caridades. En vez de estar al lado de los artistas independientes, que se esfuerzan por innovar en sus propuestas, es mejor echarle una mano a un tipo que hace veinte años que no publica nada nuevo para que lance su enésimo "Grandes éxitos"... Eso es la cultura según un político...

marcela dijo...

Sí quieren tener a todos patrocinados. A unos con más-si tienen presencia en los medios- y a atros con una limosna de mal vivir.
Asunto: 4.500.000 parados, 2.800.000 funcionarios, 300.000 liberados sindicales, un puñado de ¿artistas?, y varios medios en ruina y pidiendo subvenciones. Total muchos votantes.
Gracias por tu visita

Blue dijo...

No puedo dejar de entrar aquí varias veces para ver esta foto. Me habla. Me dice cosas. Es perfecta.

Besos piratas.