martes, 4 de agosto de 2009

organización de lo sublime


E. M. A mí me fascina la organización de lo sublime. Hace poco leí que en la autopista a Lourdes hay una señal con un mecanismo que unos días de la semana lleva a los turistas directamente a la cueva y otros los hace pasar por el pueblo para que todos los comercios se beneficien de que la Virgen bajó del cielo.

F. S. También en su novela se habla de la recalificación de unos terrenos cercanos al templo de Nazaret.

E. M. Eso aparece en todas las historias de Roma, que en la época de máximo esplendor tenía tres millones de habitantes. Si ves el Coliseo te das cuenta de que es como un estadio de ciudad grande. Y el Circo Máximo es como el circuito de Le Mans. Allí muchas cosas se movían por intereses.

F. S. Pasaba en todas partes. Se dice que a Esopo, el fabulista, lo mataron los habitantes de Delfos porque criticaba el negocio de los souvenirs.

E. M. Por eso me sorprendo cuando alguien dice: "Qué acierto el de esta obra clásica, refleja lo mismo que está pasando ahora". No es mérito de la obra, es un demérito de lo que pasa ahora. Suetonio cuenta que a todos los césares los acusaban de tráfico de influencias y recalificación de terrenos.
(Conversación entre Fernando Savater y Eduardo Mendoza)

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