"La
pregunta es, entonces: ¿Por qué no son felices los hombres? ¿Por qué
hay en la tierra tanta miseria, injusticia, incompetencia, ineficacia,
brutalidad, tiranía, etcétera? La respuesta es que los hombres no han
sabido cómo obtener el placer, cómo evitar el dolor. No lo han sabido
porque han sido ignorantes y porque han sido atemorizados. Han sido
ignorantes y atemorizados porque los hombres no son buenos y sabios por
naturaleza, y sus gobernantes, en el pasado, han tenido el cuidado de
que el numeroso rebaño de hombres a quienes gobernaban se mantuviera en
una ignorancia artificial del buen funcionamiento de la naturaleza. Éste
es el caso deliberado de trapacería de parte de los gobernantes, de
parte de los reyes, soldados, sacerdotes y otras autoridades a quienes
las personas ilustradas del siglo XVIII tan enérgicamente condenaron.
Los gobernantes tienen un interés en mantener a sus súbditos en
tinieblas, porque de otra manera sería sumamente fácil exponer la
injusticia, la arbitrariedad, la inmoralidad y la irracionalidad de su
propio gobierno. Así, desde los primeros comienzos del hombre se
organizó (y ha seguido adelante) una antiquísima conspiración de los
pocos contra los muchos, porque si los pocos no hicieran esto no podrían
conservar sometidos a los muchos".
(y en un párrafo de una carta escribe, quejándose)
... Parece que ahora sólo vale la pena escuchar a los vencedores. El resto, Pascal, Pierre
Bezukov, toda la gente de Chéjov, todos los críticos y bajas de la
Deutschtum o La carga del hombre blanco, o el Siglo Americano, o el Hombre Común en Marcha, son polvo de la historia, lishnye lyudi
["hombres superfluos", según palabras de Turguenev y Dostoievski], los
que han perdido el tren de la historia, ratitas inferiores a los
rebeldes de Ibsen, todos ellos Catilinas y dictadores en potencia. Sin
duda nunca hubo una época en la que se rindiera más homenaje a los
abusivos como tales, y mientras más débil la víctima, más sonoros (y
sinceros) sus aduladores.
Isaiah Berlin
1952
9 comentarios:
Amen, cuanta razón en tan poco texto... Un saludo.
Si Berlin es un fiosofo a revisar, cualqier tiempo pasado fue igual.
Un saludo.
Así fue, es y será, y ¿lo único que nos queda es jugar a volar?
Me quedo con el artilugio ese porque lo otro ya lo doy por perdido.
Besos, Marcela.
El primer párrafo lo podría haber escrito yo, me refiero al contenido porque no lo habría escrito tan bien claro, pero apenas ayer, hablando con un amigo, estaba diciendo prácticamente lo mismo, solo que haciendo énfasis en la Iglesia :))
Besos y salud
Blue, que quieres que te diga, el artilugio es un dedo que no acusa sino que vuela. Terminremos todos volados de la cabeza y perdidas todas las esperanzas. Tolos, tolos.
Un besiño
Genin todos compartimos esos pensamientos y los cuelgo para recordarlos. Vamos siempre en la misma dirección: la mala.
Besos y salud.
Inmensa la entrada, se crece con los comentarios, y el artilugio (como dice Blue) es total...
Un dulcecín para envolver en celofán, pero no... porque conviene zampárselo.
beso
El mundo ha funcionado y funciona a dos velocidades, sino mas. Si te pilla en la velocidad lenta, a la que discurrimos los curritos, uno de los pocos refugios que te quedan es la cultura. Y aún aquí corres el peligro de la confusión o de la indigestión.
Ese cacharrito de la foto es diabólico. Se puede uno volver loco utilizándolo.
Besos, Marcela libre.
Vale. De acuerdo en el primer párrafo...pero en lo de los "rebeldes" de Ibsen como Catilinas y dictadores en potencia.
No sé. A mí el "rebelde" de Un enemigo del pueblo no me parece un dictador... Pero como Berlin no especifica, pues no sé.
Un abrazo.
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