domingo, 14 de febrero de 2010

regalos amorosos para tiempos de crisis


Desde que el amor se convirtió en una fecha fija para regalos, al igual que el día de la madre, el del padre y diversos días de "regalar"- todos inventados por el marketing viral-, además de envidia de los reyes magos, me gusta que me regalen algo. Soy una persona que no celebra fiestas, pero ésta me parece que si no hay celebración no existo/e.
Así, los comerciantes, tratan de no dar puntada sin hilo: todo el que puede se apunta a la campaña de San Valentín. El Consejo Regulador de la DO Valencia ha decidido celebrar la I Muestra de Vinos de Moscatell y Vinos Dulces con motivo del día de los enamorados bajo el lema “Por un amor más dulce, regala un moscatel a quien más quieras” para promocionar y divulgar el consumo de este producto. Y el Museo de Reproducciones de Bilbao ha programado una visita guiada titulada “TKM. Corazones de escayola”. Dos horteradas dignas de la falta de imaginación que nos asola.
El consumo no es una cosa que me fascine, y menos con la crisis que está cayendo, acompañada de granizo, nieve y hielo para contradecir al calentamiento global anunciado. Buceando en la red -en aguas frikis- he encontrado un regalo de lo más acorde con los tiempos. ¿Cual es el alimento más barato, que engorda y es sin duda "el alimento"? El pan. Encuentro ésta masa de lo más fascinante. Puedo pasar sin marisco, pero no sin pan. Me enseñaron en una universidad privada que las revoluciones empezaban siempre por una mala cosecha de trigo.

De ahí, que haya decidido que éste es el regalo amoroso perfecto. Unas zapatillas de pan, ya se sabe que mientras hay pan, hay alegría. De hecho, los refranes me dan la razón "a falta de pan, buenas son tortas" y éste que resume el piropo por antonomasia "está más buena que un pan".
Mi lema es "i love chapata". No me importa que me digan "dame pan, y dime tonta"

10 comentarios:

David dijo...

Gracias por el pan. De tonta no tienes nada. Un post poco romántico en día tan señalado. Me gusta.
Un abrazo.

TSI-NA-PAH dijo...

¿Tiene zapatillas de pan integral?
Un abrazo y viva la gente romantica.

marcela dijo...

El romanticismo para mi es: el hogar, pan y zapatillas.
Un abrazo, queridos y feliz valentín.
Será santo por aguantar todas las broncas de los enamorados.
Soy una perfecta romántica aún cuando os parezca que la entrada no es romántica.

Pilar Mandl dijo...

¡Están para comérselas! ¡Qué originales! Hubieran sido un regalo perfecto para ti... nada de corazones en San Valentín.

Un beso de pan.

El intimista secreto dijo...

Nunca he celebrado el día de San Valentín. No es sitio para dar explicaciones pero sí puedo decir que no ha sido por falta de fe en el amor. Y también que me alegra mucho que otros lo celebren.
No es cuestión de renunciar a las alegrías que podamos sacar a la vida.
Se dice que el amor es cosa de un descarrío fisiológico. Vamos, que el cerebro, bañado por hormonas y ciertos neurotransmisores como la ocitocina y la dopamina, nos provoca una alteración transitoria de la conducta. Eso de que los sentimientos salen del alma no parece cierto. A menos que llamemos al cerebro alma. Todo son ilusiones.
¿Pues sabes lo que te digo, Marcela? Que si, total, somos una microscópica mierda en un universo infinito y no hay nada después de que el cerebro se destruya, pues que vivan la ilusiones. Y dale a tu cuerpo alegría macarena.

evasiete dijo...

Uy!, pues yo no soy nada sanvalentinera pero estas zapatillas pueden dar mucho juego... amoroso.
un abrazo

marcela dijo...

¿Aquí no hay nadie de San Valentín?...estamos arreglados.
Yo, llevo unos años agarrándome a la peana del Santo.
Me he despeñado, y sigo.
Besos a todos.

Blue dijo...

Cualquier cosa menos una tartera con forma de corazón o un taladro rosa... Este regalo, por lo menos es nutritivo.

Bravo, Marcela.

I love love.

J dijo...

Panificadora Marcela, el pan que mejor sienta...

Amor, besos, ya te he enviado la bata a juego con las zapatillas.

Feliz San Valentín.

J dijo...

Marcela dile al gato que te devuelva la lengua... jajajaja


Besos