
Hace dos días vi un documental sobre Warren Buffet- el hombre más rico del mundo-, y sinceramente me quedé colgada de ese hombre. Es extravagante, admirable, divertido y además de ser un tiburón de las finanzas atípico, tiene una oficina sin ningún glamour, come todos los días en un café unos chuletones repletos de colesterol, tiene sentido del humor- de hecho en un anuncio de una de sus empresas aparece como Dj y en otro bailando rap- ha donado toda su fortuna unos 25.000 millones de dólares para la lucha contra la pobreza, y el VIH en África.
“¿Cuál ha sido el mejor consejo que te han dado?” le pregunta la entrevistadora. “El poder del amor incondicional”, sorprende Buffet que, lejos de hacer mención a asuntos financieros como era de esperar, echa la vista atrás para recordar las palabras de su padre cuando era niño. “No hay poder en la tierra como el amor incondicional”, asegura, “Todos los padres que consigan transmitir eso a sus hijos a una edad temprana, harán de ellos mejores personas”.
En su caso lo ha hecho. En el documental salieron un hijo y una hija que pensaban que pese a que les había dejado sólo un 1% de su fortuna era un gran padre y que ellos no habían hecho nada para conseguir esa fortuna. Se les veía sin ningún lujo, con un aspecto de ser felices con lo que hacían; uno tocaba el piano y la otra trabajaba en una fundación.
También apareció la faceta más sensible de un Warren Buffet que no se separó de los pies de la cama de su ex-mujer hasta el último momento, en el documental contaba que después de 30 años de casados su mujer decidió irse a vivir a San Francisco. Le dijo "tú pasas el tiempo en la parte de abajo entretenido en tus cosas, y yo en la parte de arriba, así que puedo vivir en otra ciudad y empezar una nueva vida". Lo raro del caso es que cómo seguía queriéndole encargó a su mejor amiga que cuidase de Warren. Ésta se mudó a su casa y contaba el hombre que durante años felicitaban las navidad con un foto de los tres. Al morir su mujer, se volvió a casar con su cuidadora-amiga. Ahora ha decidido donar el 99% de su fortuna a obras benéficas.
De hecho, el oráculo de Omaha es un activo filántropo de Estados Unidos. Son muchos los proyectos en los que participa mano a mano con sus amigos personales, el matrimonio de los Gates. De ello también se ha hablado en la entrevista, principalmente sobre su última iniciativa de lograr convencer a las mayores fortunas del mundo de que donen la mitad de su patrimonio a la caridad. Cómo sabe lo mal que manejan el dinero las instituciones que nunca lo han tenido- véase el caso de Haiti, que no está llegando nada- ha decidido que lo administren los Gates, que no se lo van a quedar. Sabia decisión.
Dejando a un lado aspectos puramente económicos como el déficit de Estados Unidos, la recuperación económica, etc., se declara fiel seguidor de YouTube, donde gasta horas viendo todo tipo de vídeos, desde las sugerencias que aparecen en la apertura de la web, pasando por propuestas de sus amigos hasta vídeos de música.
No obstante, aunque es usuario de Twitter y Facebook, asegura no tener ni iPad ni iPod… “No me presiones, todavía estoy planeando por el siglo XX”, afirma entre risas.
Finalmente, ¿un consejo para inversores de a pie? “Que no escuchen a asesores financieros como yo ni se guíen por la prensa”
Tiene unos principios "Invierte, pero no especules"; "No diversifiques"; "No compres sólo acciones, sé propietario"; "Emplea el capital con eficacia"; "No te endeudes"; "Haz amigos"; "Aprende a influir sobre la gente"; "Piensa con independencia"; "Rompe tus propias normas"; "Dona dinero". Es el particularísimo decálogo que ha seguido al pie de la letra desde hace más de seis décadas el octogenario
Warren Buffett: el "hombre más rico del mundo".
Cuando hace donaciones multimillonarias, se asegura de que su nombre y apellidos no salga asociado como "pago" por su generosidad; según él, el nombre del donante es lo de menos: "el dinero lo voy a donar de todos modos", asegura.
En los presentes tiempos de crisis económica en que muchos acusan a los especuladores y al culto al dinero rápido como responsables del desastre, el reportaje explica que hay inversores como Buffett cuyas prácticas se basan precisamente en lo contrario: trabajo, inteligencia, honradez, sentido común y aunque esto no sea un ingrediente indispensable- extravagancia.
Sé que parece un cuento de navidad pero la realidad es que donar la pasta, la ha donado. Hay veces que me encanta E.E.U.U.- muchas veces-, hace unos años Buffet y Gates y otros ricos de los de las listas Forbes, pagaron un anuncio en el The New York Times en que solicitaban al gobierno que no suprimiera el pago por impuestos de herencia.
Increíble pero cierto.