domingo, 11 de noviembre de 2012

no somos de colores, ni azules ni rojos


Nos internamos en el cosmos preparados para todo, es decir, para la soledad, la lucha, la fatiga y la muerte. Evitamos decirlo, por pudor, pero en algunos momentos pensamos muy bien de nosotros mismos. Y sin embargo, bien mirado, nuestro fervor es puro camelo. No queremos conquistar el cosmos, sólo queremos extender la tierra hasta los lindes del cosmos. Para nosotros, tal planeta es árido  como el Sáhara, tal otro glacial como el Polo Norte, un tercero lujurioso como la Amazonia. Somos humanitarios y caballerescos, no queremos someter a otras razas, queremos simplemente transmitirles nuestros valores y apoderarnos en cambio de un patrimonio ajeno. 
Nos consideramos los caballeros del Santo-Contacto. Es una mentira. No tenemos necesidad de otros mundos. Lo que necesitamos son espejos. No sabemos qué hacer con otros mundos. Un solo mundo, nuestro mundo, nos basta, pero no nos gusta cómo es. Buscamos una imagen ideal de nuestro propio mundo; partimos en busca de un planeta, de una civilización superior a la nuestra, pero desarrollada de acuerdo con un prototipo: nuestro pasado primitivo. 
Por otra parte, hay en nosotros algo que rechazamos; nos defendemos contra eso, y sin embargo subsiste, pues no dejamos la Tierra en un estado de prístina inocencia, no es sólo una estatua del Hombre-Héroe la que parte en vuelo. Nos posamos aquí tal como somos en realidad, y cuando la página se vuelve y nos revela otra realidad, esa parte que preferimos pasar en silencio, ya no estamos de acuerdo. 
 
Solaris 
Stanislav Lem
(fotografía Jim Drain)

4 comentarios:

Genín dijo...

Es que lo idealizamos o lo falsificamos todo, yo miro por ejemplo las grandes gestas de los conquistadores, que grandes fueron, llevando su cultura su lengua, su saber, su civilización y se les admira.
Pero ¿Y los conquistados? Sus vidas cambiadas de repente perdiendo su independencia, teniendo que subordinarse a la voluntad de un conquistador que no se sabe muy bien a cuento de que está en su tierra como dueño y señor...
Así somos, conquistadores y conquistados, una verdadera injusticia...
Besos y salud

Frankie dijo...

Stanislaw Lem es una auténtica joya. Su "Solaris", "Fiasco", "Memorias en una bañera" y otras, son auténticos escalpelos de cirujano metidos en nuestra cultura. Somos antropocéntricos hasta el extremo a la hora de tratar con lo que nos rodea y Lem era superlúcido satirizándolo. Una maravissa, Marçela do Nascimento.

Besos.

Errata y errata dijo...

Confieso que hay ciertas "culturas" que me encantaría dejasen de existir. Y sí, siento repudio por ciertos "valores". No estoy de acuerdo con determinadas costumbres. Con gusto me iría a otro cosmos. Lo peor de todo es que ya no me importa si a alguien le gusta que no me guste. Estoy harta del proteccionismo que algunas acciones reciben en nombre de la libertad de expresión. No sé si soy etnocéntrica pero soy vidacéntrica.
Besos.

Blue dijo...

No más mundos, por favor, basta y sobra con este. En realidad a veces pienso que nos llegaría con conocer el mundo que alcanzamos con la vista, como los primitivos.
Besos, Marcela.