Las Hermanas Franciscanas de Filadelfia (EEUU)
han creado un equipo de Responsabilidad Corporativa a través del que
adquieren acciones de algunas de las principales compañías de Wall
Street para participar en sus juntas de accionistas y poder lanzar sus
críticas, ofrecer su punto de vista moral y fomentar buenas prácticas.
De esta forma, las hermanas, encabezadas por la religiosa Nora
Nash, han ocupado los despachos de grandes grupos como la petrolera BP,
la multinacional de la industria aeroespacial Lockheed Martin y General
Electric, cuyos directores escucharon las propuestas de las hermanas,
hasta el punto de que el director ejecutivo de G.E., Jack Welch, se
quedó "tan impresionado" por su campaña contra la implicación de la
compañía en la fabricación de armas nucleares, que se trasladó en
helicóptero hasta el convento.
Asimismo, las religiosas apuntaron a otros grandes grupos como el
banco Goldman en el que, desde una sala de conferencias del piso 41 con
vistas al espacio del World Trade Center de Nueva York aconsejaron a los
ejecutivos "proteger a los consumidores, bajar sus sueldos, aumentar su
transparencia y acordarse de los pobres". (hermanas aquí, más parecen primas)
Además, en los últimos meses, las religiosas han discutido con la
cadena de alimentación Kroger, por los derechos de los granjeros; con
McDonald's, sobre la obesidad infantil; con el banco Wells Fargo y con
los ejecutivos del grupo Fortune 500, según ha apuntado el diario
estadounidense The New York Times.
"Queremos resultados sociales así como económicos", ha señalado la
hermana Nora al tiempo que ha indicado que "cuando se mira a las
mayores instituciones financieras, uno se da cuenta que existe codicia
de por medio". (la inocencia es atrevida)
La estrategia de estas hermanas consiste en seleccionar una
compañía cuyas prácticas no les parezcan del todo morales y adquirir el
número de acciones mínimo para poder acceder a la junta anual de
accionistas con el dinero de su fondo de pensiones. Además, según ha
indicado un directivo de la compañía Glass, Lewis & Company, una
empresa "no despierta ninguna simpatía si excluye a las religiosas".
La hermana Nora, que creció en Limerick County, Irlanda, y que
había soñado con ser misionera en África, se unió en 1959 en
Pennsylvania a las Hermanas Franciscanas de San Francisco, una orden
fundada en 1855 por la madre Francis Bachmann. En 1980, la comunidad
formó el comité de responsabilidad corporativa.
De todas formas, es de agradecer que las hermanas no sólo piensen en rezar, y se acerquen al mundo real para que al observarlo más de cerca, pidan en sus oraciones que ciertos directivos vayan derechos al infierno. (la idiota)
7 comentarios:
Esa ultima parte si que me interesa, si consiguieran que millones de cabrones aterrizaran en el infierno, lo malo es que no existe...
Besitos y salud
Desconocía este hecho, (si es real).Pero que no vayan al infierno, que alli es donde yo quiero ir, que se vayan al cielo con Escriva de Balaguer, Bendicto y compañía. Al infierno vamos las personas serias...
Si me tuve que creer que Green Peace tuviese acciones de petroleras para presionar para que cambiasen su comportamiento, ¿por qué no creerme esto también?
Lástima que en una institución tan férreamnete jerarquizada como la Iglesia,la capacidad de maniobra autónoma de estas hermanitas, estará muy limitada...
Joder, me leo a mí mismo y me doy asco; han conseguido que no crea nada de nada.
Besos celestiales.
Hermana Marcela, las hermanas en la fe siempre controlaron muy bien la pecunia. Rezar relaja y hace ver las cosa más claras, tanto las dicinas como las terrenales.
El infierno de Temujin, mola. A ver si encontramos algún día todos los amigos allí, ja, ja.
Besos.
Uff, menos mal, que esto de comentar está poniendo a prueba nuestra paciencia...¡Señor!
La iglesia sabe que debe modernizarse, y en eso parece que está. Un saludo,
¡Qué graciosas! la foto acompaña... No creo que se les pertita rezar por según que cosas :-)
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