miércoles, 20 de enero de 2016

Ryan Gosling y Bradd Pitt, lecciones de gran economía en dos horas

Acabo de ver The big Short y he aprendido cosas que ya sabía, pero que necesitaba recordar.Entre otras que el mundo económico y financiero está dirigido por unos incompetentes que dicen lo que va a pasar y cuando no ocurre, explican con pelos y señales por que no pasó.

Creo que después de la primera orgía consumista ha sucedido la segunda bacanal del rescate y riego de dinero que va a llevar sin duda a la desaparición del capitalismo y de los bancos tal y como eran. Soy optimista? si, soy una pesimista que está atenta a las señales.

Por ejemplo, hoy el Banco Santander dirigido por la gran banquera Ana Patricia Botín, ha alcanzado el precio más bajo de la historia 3,59 euros. No era uno de los más grandes de Europa? No era ella la niña Ana Patricia un genio de las finanzas?

Y así, me he dedicado a ver con interés más que importante la última de Hollywood sobre el money The big short. Buenísima.

Aquí no hay fantasmas. Ni zombis. O mejor dicho, sí los hay. La crisis llegó porque hubo muchos fantasmas y muchos zombis que no sabían que lo eran 
No se confunda: terror disfrazado de humor. Es uno de los méritos de Lewis, aunque fundamentalmente representa el principal acierto de la adaptación de McKay. 'La gran apuesta' arranca sonrisas al espectador con sus diálogos, sus giros, sus puestas en escena y la forma de ser de los personajes. Logra que te lo pases bien viendo la película. Pero, cuidado, aunque esté revestida de humor, en realidad lo que el espectador está contemplando es una historia de auténtico terror. Aquí no hay fantasmas. Tampoco zombis... O mejor dicho, sí los hay. Porque a la crisis se llegó porque hubo muchos fantasmas... y muchos zombis que no sabían que en realidad estaban muertos. Y la película -como el libro- así lo refleja.

Atención continua... y aprendizaje constante. 'La gran apuesta' no sirve solo para pasar un buen rato. Requiere atención. Porque contiene conceptos económicos y financieros. Porque lo que cuenta es una historia real con consecuencia muy serias y, sí, también muy reales. Y la vida real es lo que tiene, que requiere atención. Lejos de suponer un obstáculo, esta característica de la película constituye una poderosa razón para verla, puesto que no solo se disfruta, sino que además permite aprender. Y mucho más, porque ofrece lecciones -ojo, no todas las que se deben sacar de la crisis, pero sí algunas de las más valiosas-, que ojalá permanezcan en el tiempo.

3 comentarios:

V dijo...

vayaaa....una de fantasmas y zombies de verdad...tomo nota...igual la veo

Genín dijo...

Creo que la he visto pero a lo mejor estoy mezclando dos peliculas... :(
Besos y salud

Blue dijo...

Con las ocho salas que tenemos aquí ya dudo de que la podamos ver. Tomo nota por si acaso.
Besos, Marcela.