Un psicópata no necesita compararse:
está íntimamente convencido de ser mejor que los demás; puede fingir
humildad para conseguir poder, pero se sabe superior.
Son megalómanos y ególatras.
Los psicópatas son seductores y
divertidos: de un atractivo superficial, cierto, pero nada empalagoso.
Los que se aburren suelen ser ellos: enseguida se cansan de todo. Es
otro modo de distinguirlos.
Actúan a ráfagas: no piensan a largo
plazo. Suelen apasionarse por relaciones intensas y breves: enamoran y
se enamoran rápido de amigos íntimos; de grandes amores; de
obsesiones... Y luego las cambian rápido.
Influyen en nuestras vidas. Hay un capitalismo - el responsable de las subprime-
que compensa a los poseedores de rasgos psicópatas: como la búsqueda de
ganancia sin límites a corto plazo, sin importar los perjuicios que su
beneficio ocasione a los demás.
Es el rasgo distintivo del psicópata: no siente nada por los demás, pero sabe fingirlo.
Porque cada día hay más, y aparecen en todos los lugares pero sobre todo son gente poderosa. Politicos, banqueros, ejecutivos, billonarios, hoy quiero repetir esta entreda para ayudarles a detectarlos.No disparan pero matan.
Es simpático y encantador. Llegó a
confesarme -y casi le creo- que le importaba mucho lo que pensara la
gente de él y que hacía cualquier cosa para ser querido.
Un psicópata siempre se revela cuando le atribuyes alguna debilidad.
Un psiquiatra preguntó a uno de ellos
si "necesitaba" que los demás le quisieran y se delató: dijo que se
esforzaba en ser querido porque "es más fácil que los que te quieren
hagan lo que quieres".
Uno sabe que no es psicópata si tiene
ansiedad y sentimientos de culpa, es muy inseguro y hace casi cualquier
cosa para sentirme querido.
El psicópata no siente ninguna ansiedad,
y mucho menos culpa. Se siente a gusto consigo mismo sin necesitar a
nadie. Por eso son tipos que exhiben una pasmosa serenidad siempre.
Poseen el gran atributo del líder:
cabeza fría. Por eso los psicópatas llegan a ser buenos banqueros,
empresarios, políticos... Pero son pésimos artistas y escritores.
Sin empatía no puedes llegar a entender a
otro ser humano. Un psicópata puede mandar, engañarle, asesinar en masa
a los demás, pero nunca llegará a desentrañar cómo somos.
Cuanto más poderosa es una jerarquía y
cerrada su sociedad, más fácil se lo pone al psicópata. Para detectarlo,
investigue su infancia y hallará episodios de crueldad insólita con los
débiles: sean otros niños u animales.
Suelen pactar entre ellos con éxito,
porque se entienden y respetan más que a los demás humanos, a los que
consideran inferiores por su debilidad, que es preocuparse por lo que
sienten o piensan los demás.
Según el Dr. Hare, más o menos
tenemos respondemos a algunos rasgos, pero en algún punto de la escala
se produce un salto incremental en el que ya eres psicópata.
Les encanta la fama y figurar, y figuran
sin esfuerzo. "Fotos, no, gracias", pero al día siguiente están en
todas las portadas. Y al fin consiguen que edificios, bibliotecas,
calles, fundaciones lleven su nombre... ¡en vida!
Son esos poderosos que besan niños y acarician perros y corren luego al aseo a lavarse. Si se fija, los detectará.
Esta entrada la publiqué pero vuelvo sobre el tema porque me parece muy necesario.
4 comentarios:
Lo increíble, es que aun así, hay gente que los defiende; unos por ignorancia, otros por comodidad (porque algo ganan de ellos); por lo que es muy difícil quitarlos del medio.
Besos.
Que alivio, ni tu ni yo somos psicópatas, tu, aunque solo sea por lo bien que escribes...jajaja
Besos y salud
También me alivia saber que no estoy entre ese grupo, pero a ellos ya me cuesta más reconocerlos. Claro que, entre poderosos no me muevo, pero me gustaría detectarlos aunque sea a distancia o por la televisión, para prevenir y para no dejarme engatusar.
Está bien que lo repitas de vez en cuando para que no se nos olvide.
Besos, Marcela.
En el fondo todos tenemos un psicópata reprimido dentro..
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