martes, 11 de junio de 2013

siempre cazan los mismos, que nos torean

 


…El país sigue viviendo -al menos es lo que se intenta transmitir- como si se tratara de una crisis económica más a la que se le puede hacer frente con soluciones pacatas y de subsecretario. La consigna parece ser ganar tiempo como sea a la espera de que escampe en Europa. Todo es más de lo mismo. Forma parte de la siesta nacional. De la inercia que conduce al abismo. De la España de la escopeta nacional. De cazadores de bambis que llenan su casa de cuernos.

Sólo muestra la pervivencia de algunas élites políticas y empresariales incapaces de entender el tiempo que les ha tocado vivir. Y que campan a sus anchas absolutamente desconectadas de una opinión pública (que otra cosa es la democracia) a la que desprecian, amparadas en esa sensación de impunidad que da el poder (Rajoy está sobrado, asegura un fino economista). Probablemente, porque esas mismas élites viven instaladas en un hedor conformista que les impide comprender la dimensión del problema.Y van y hacen una ley de pensiones en la que C.C.O.O. dicen que hay que irse acostumbrando despacito. Pero bueno, tan despacio que nos están recortando la hierba para ponerla en sus campos de golf.

Estamos ante esa misma España añeja que sale en los publirreportajes sobre el Rey, y ya hasta en Portugal se mofan de una monarquía obsoleta que más bien aparece congelada en páginas de sociedad. Este es un país  donde sólo se habla de presente y de pasado, pero nada de futuro. Porque si nos contaran lo que nos espera la calma chicha iba a convertirse en tsunami. Es un país en el que cada vez hay más lunes al sol, y más miércoles de partido. Y que desconoce aquella frase célebre de Ortega recogida por Julián Marías en sus Memorias, dicha en los primeros años de la República, cuando las Cortes comenzaban su actividad legislativa: “Hay tres cosas”, decía Ortega, “que no podemos venir a hacer aquí: ni el payaso, ni el tenor, ni el jabalí”, pero, como decía Marías, hubo bastantes representantes de las tres categorías.

Y en eso estamos. Una España insostenible en lo macroeconómico que se empobrece día a día y que convive con la España adocenada que desprecia cuanto ignora, que decía Machado de los castellanos.  La España incapaz de dialogar en manos de un puñado de altos ejecutivos que controlan el Ibex a su antojo.Y unos sindicatos que votan en los Consejos de las Cajas y la reforma de las pensiones con una perversidad pasmosa. Más unos medios que están caninos y esperan que el Gobierno les rescate. Y si se lee con atención parece que ya les han prometido algo.

Mucha atención se ha prestado en los últimos años a la crisis del sector público, sin duda por razones obvias y en coherencia con tan irresponsable gestión. Pero poco se ha dicho del buen gobierno en las empresas cotizadas, donde el amiguismo y hasta el fulanismo forman parte de sus señas de identidad. Pero además están dirigidas por una gerontocracia que lleva años pastando en las mejores cocinas. Ignorando que todas las economías de mercado que funcionan de manera correcta son una mezcla de Estado y de mercado, pero sin inconfesables vasos comunicantes

(PD. Quizás estén convencidos de que esos modos antiguos y fascistas sean los que mejoren ese absurdo que han puesto de moda de vender la "marca España") La verdad yo no quiero marca, ni en los lomos de los animales de las inmensas fincas que poseen para darle al gatillo. Armados y peligrosos.

(La foto por increíble que parezca es de James Dean toreando)

1 comentario:

Genín dijo...

Hubieron unos segundos, por allá los tiempos de anestesia de la burbuja de las construcciones a esgalla, cuando Aznar ponia sus patas sobre la mesa al lado del arbusto americano, que pensé que a lo mejor era cierto que España se estaba modernizando, comparativamente con mis años, solo fueron unos segundos...
Estamos de nuevo con la gente entregada al furbo y las castañuelas, panderetas y ahora han agregado a los raperos.
De nuevo sesteando en nuestro fango estercolado, a lo que quieran hacer los dueños del cortijo europeo, que sigan inventando ellos, nosotros ya no tenemos neuronas para nada, ni siquiera cojones ni ovarios para rebelarnos.
Querida amiga, no merece la pena ni siquiera hablar del tema... :(
Me jode morir así...
Besos y salud