miércoles, 6 de junio de 2012

las redes son la nueva religión


Alguna vez creo que he escrito aquí -tengo mala memoria, y a partir de los 40 las personas nos repetimos mucho- que tener un millón amigos en facebook no era una de mis prioridades y desde luego me parecen excesivos, incluso sabiendo que no tengo por qué conocer ni siquiera a uno de ellos.
No soy un ser excesivamente social aún cuando me muevo algo por las redes sociales. Más bien diría que soy asocial. Soy hija única y estoy acostumbrada a jugar sola. Sin embargo, con esto de los blogs he conseguido tener unos pocos amigos de esos de verdad, y algunos cientos de conocidos.
Todo el mundo empresarial está en las redes sociales, e incluso hay una nueva ¿profesión? llamada "comunity manager" que se preocupar de gestionar las redes sociales de cualquier empresa. También hay masters de esos de dos meses, que te cobran una pasta y te dicen obviedades que podrías aprender por internet.Las redes como religión. Si no crees en las redes no existes.
Parece que debemos preocuparnos mucho por nuestra reputación en la red. Yo sinceramente no me preocupo porque estoy segura que la he perdido hace tiempo con mis meteduras de pata.

Esto es lo que opina mi guru de cabecera Lucy Kellaway a la que acudo, cuando quiero poner una entrada inteligente y divertida:
No sirve de nada intentar controlar tu reputación en Internet. Es demasiado tarde. Los secretos han salido a la luz en la red y cualquiera puede decir lo que desee sobre una empresa o una persona sin miedo a que se le exijan daños y perjuicios.
Pronto la situación incluso empeorará: se lanzará una página para criticar a otras personas similar a Yelp –que permite a los consumidores decir pestes de forma anónima sobre las empresas–, así que dispondremos de un lugar en el que leer las cosas desagradables (y no tan desagradables) que la gente tiene que decir sobre otros.
¿Importa? Según exponía el editor del blog Tech Crunch la semana pasada, realmente no. Señaló que nuestra fama en Internet puede ser una bestia incontrolable, pero es inofensiva: no puede dañarnos.
Para comprobar esta teoría, he investigado sobre un hombre que ha disfrutado por lo general de una reputación bastante buena fuera de la red: Jesucristo. Pero su presencia en Internet contiene muchos elementos que pueden enojar a sus asesores de relaciones públicas. Si buscan Jesús en Google, la primera entrada es Wikipedia, que nos explica que fue una de las figuras más influyentes de la historia y que es posible que un domingo de hace 1980 años se levantase de entre los muertos.
Pero, después, la situación empeora. El siguiente portal es Jesus Dress Up!, que muestra la imagen de un conejo clavado en una cruz y te invita a vestirlo con bonitos complementos, entre ellos botas moradas y medias rosas.
En Twitter, las cosas no son mucho mejores. De hecho, Jesús parece andar entre nosotros en la actualidad bajo muchos aspectos distintos, BlackBerry en mano y escribiendo sin cesar mensajes en el portal. Jesus, JesusHChrist, Jesus_Christ, y muchas otras variantes con distintas iniciales intermedias, puntos y guiones bajos se afanan en enviar mensajes del hijo de Dios.
Incluso más alarmante es el hecho de que Domingo de Ramos fue uno de los temas más populares de la semana pasada en Twitter, pero cuando pinché en él me encontré rodeada de pornografía.
¿Qué supone todo esto para la fama de Jesús? No creo que tenga importancia. Todo esto es algo aleatorio y me sorprendería que afectase a lo que alguien sienta sobre él, ya sea en uno u otro sentido.
Lo único que nos dice la presencia de Jesús en la red es que es bastante conocido. Muchas personas están interesadas en él, aunque no tantas como, por ejemplo, en Lady Gaga, que, el mismo día, fue mencionada en un número cinco veces mayor de mensajes de Twitter.
Podría pensarse que Jesús es un mal ejemplo porque a) su reputación precedía en unos 2000 años a Internet, b) la gente cree en él con bastante más fuerza que, digamos, en ti o en mí, y c) está muerto y todo sucedió hace bastante tiempo.
Pero, incluso para aquellos de nosotros que estamos vivos y no inspiramos sentimientos tan fuertes como Jesús, creo que tampoco debemos preocuparnos mucho sobre nuestra propia presencia en Internet. Pueden encontrarse tantas indiscreciones en la red que han perdido tanto valor como la divisa de Zimbabwe.
De hecho, si los departamentos de recursos humanos tuvieran en cuenta las fotos de Facebook en las que la gente aparece borracha, no se contrataría a ningún menor de 30 años. Las opiniones negativas importan aún menos. Cualquiera que haya triunfado escalando en una empresa encontrará colgadas de forma anónima cosas horribles sobre él o ella con buscar un poco.
La primera vez que leí algo horrible sobre mí me disgusté. Pero entonces me di cuenta de que la vida parecía seguir adelante como siempre y que nadie más se había dado cuenta de lo sucedido. La siguiente vez me importó menos. Da la sensación de que los adultos (algo que posiblemente no suceda en el caso de los adolescentes) tienen una piel más dura. Y, sin embargo, parece que a la gente sigue importándole más de lo normal lo que aparece escrito en Internet.

anapixel

6 comentarios:

Errata y errata dijo...

Y como Lucy dice que no sirve de nada cuidar la reputación que tenemos en la red, empezaré por adoptar una política de no arrepentimiento cuando escribo palabras consideradas inadecuadas para una mujer de mi edad (no diré mi edad, todo tiene un límite), con mi estado civil (tampoco lo diré, es vergonzoso) y mis características físicas (la foto la pueden buscar bajo el nombre de Angelina Jolie). De ahora en más seré yo misma, diré toda la verdad, nada más que la verdad y eso, la verdad. Besosssss

David dijo...

La foto tiene gracia. Meteduras de patas tenemos todos...la cuestión es no decir chorradas, y tú sueles decir cosas casi siempre interesantes (o al menos que me interesan a mí).
Supongo que si buscas en la red podrás encontrar de todo sobre cualquier cosa...la cuestión es luego hacer la criba y quedarte con lo que merece la pena, supongo.
Lo que cuenta Lucy puede ser cierto, pero hace poco vi un vídeo de esos que predicaba lo contrario. Era sobre alguna chica joven que había salido en algunas fotos, y luego se encontraba con que todo el mundo la conocía... he mirado pero no lo encuentro.
No sé... En la foto de mi perfil procuré que no salieran las caras de mis hijos (con lo guapos que son! (ja,ja) )
Un abrazo.

Blue dijo...

Bueno, pues lo último de que me enteré es de que hay empresas que te venden amigos en paquetes que van desde 1.000 a 10.000 aproximadamente, a un dólar cada diez amigos...y seguro que hay quien compra, ja, ja.
Pero tiene razón, si queremos hacer caso a todo, se habla tanto y se dicen tantas cosas, que acaban por no tener importancia ninguna.
Lo mejor es acotar, es la única forma de estar con quien quieres.
;-)
Besos.

Genín dijo...

Ami el tema de las redes sociales no me va, el tema me aburre soberanamente, y Jesús, pues para que te voy a engañar, poco mas o menos...jajaja
Besos y salud

La mano negra dijo...

Aparte de la Santería y los Testigos de Jehová, este Blog es mi religión y tú la suprema "sacerdota", como diría alguna miembra. A sus pies.

Frankie dijo...

Mitad y mitad. No cabe duda de la importancia que tienen las dichosas redes sociales, pero tienes tú que sabérsela dar en su justa medida.

En mi caso, entro siempre con ánimo de divertirme, buscando gente que sepa entender este concepto de la manera más amplia posible. Y si no lo consigo pues no pasa nada. Siempre puedes apagar el PC y volcarte en tu vida real, jeje

Besos, Marcela.