sábado, 12 de diciembre de 2020

Sánchez es Zelig


El presidente que tenía tiempo para todo.
No contento con viajar a diversas partes del mundo para presentarse lo que representa, Sánchez ha tenido tiempo de parir con comadrona un libro.
Libro que según sus fieles demuestra que solo ellos van hacia el siglo, mientras los demás vuelven.
Teniendo en cuenta que las únicas autobiografias auténticas son las que encargas a un casie emigo, las de Sánchez son plena hagiografia. En España no se hacen biografías al estilo anglosajón, se hacen “loas”.
Desde que llegó a la Moncloa no he dejado de ver su narcisismo y seguridad. Los personajes como el “creen que se lo merecen” y así mismo lo escribe en su libro escrito por Irene Lozano, y que el también firma. Podía haberlo hacho más natural: y titular “Mis conversaciones con Irene Lozano” pero ya descubrimos con la tesis que el siempre tiene quien le escriba.
En su camaleonismo, Sánchez evoca a aquel extraño personaje de un relato de Scott Fitzgerald que, en el curso de una fiesta, mutaba en función de quién le rodeaba. En 1983, Woody Allen llevaría a la pantalla la singular historia de Leonard Zelig, el camaleón humano. En una mezcla de persistencia y ambición por parte de una psicoanalista que traba amistad con él, la doctora descubre, encandilada con su paciente, que todo obedece a su extrema inseguridad. Metamorfosea su apariencia para ser aceptado. Así, al lado de un judío, le crecen barbas y tirabuzones; en compañía de un negro, su piel renegrea y su acento varía.

No escribiría esto si no fuera porque  este Manual de resistencia que el presidente Sánchez presentó el jueves -con tintes de celebridad del espectáculo, cheerleader incluida-, donde ajusta cuentas con los demás. Tal floripondio revela el desorden de la personalidad de quien evidencia un narcisismo egocéntrico, una desbordada confianza en sí mismo, una insaciable sed de reconocimiento y una apreciable tergiversación de la realidad para que ésta caiga de su lado como un dado trucado.

y todo el mundo callará porque la alternativa no es un narcisista, sino que parece que podían ser otros psicopatas.



1 comentario:

D.F. dijo...

Bueno, Sanchez, en mi opinión, es el peor presidente de la Historia moderna de este país. Y el puesto es disputado en un país donde hemos tenido a mucho sinvergüenza "con mando en plaza".
Este narciso, inútil, pedante, vago y oportunista nos va a generar una deuda que tardaremos generaciones en recomponer, esta sembrando odios que tardaremos generaciones en disolver, esta haciendo aparecer divisiones y bandos que, espero, no nos lleven a otra guerra civil, esas a las que tan acostumbrados estamos en este país que no pasamos un siglo sin una de ellas. Nos quedan 15 años y medio. Y todo para alimentar un ego desproporcionado a sus actitudes y aptitudes.
Un saludo.