sábado, 7 de marzo de 2015

Las Damas de Génova artículo artístico-político




Por la frase o expresión "Las Damas de Génova" podemos entender, afortunadamente, algo muy diferente de las políticas que tienen su despacho en la sede del PP, sito en esta conocida y céntrica calle madrileña. Estas damas genovesas son ciertamente otra cosa, otra cosa... -las consortes reconocidas tienen nombre y apellido: María Serra de Pallavicino, Brígida Spínola de Doria.., las amantes no, y como corresponde a tan secreta condición. Son las mujeres y queridas pintadas por Rubens de los poderosos banqueros de la República de Génova (en aquel entonces una especie de "Estado Libre Asociado" a la Monarquía Española), los mismos que extendían los créditos a los reyes españoles con la misma soltura y alegría, pero mayor control, que los Rato, Bárcenas, Blesa y Cía. para las bandas mafiosas de sus amigos de partido. 

El motivo desde luego era muy otro, aunque igual de equivocado: sufragar las costosas guerras, políticas y religiosas, y frentes abiertos en el Norte del continente. Estos banqueros también tuvieron el honor de ser inmortalizados por Quevedo en el muy famoso poema satírico del "Poderoso Caballero...":

"Nace en las Indias honrado
donde el mundo le acompaña;
viene a morir en España
y es en Génova enterrado".


Pues bien, estas mujeres divinas (hay más de las aquí mostradas), y divinamente pintadas por Rubens (creo que son algunas de sus obras más inspiradas, y mira que este superdotado tiene obras geniales...), eran en realidad las que manejaban (las esposas sin duda, pero las amigas también) el emporio financiero genovés que extendía sus tentáculos a todo el mundo conocido hasta entonces, y así las pinta Rubens, que tenía en Génova una especie de "pied-à-terre" a mitad de camino en sus viajes, reales o proyectados y no realizados, entre Amberes y Madrid: bien armadas de lujo y boato, satisfechas y alegres, intocables y seductoras, amantes siempre del poder y la "bella vita". 

Así pues, nada que ver estas "Damas de Génova" con nuestras contemporáneas políticas. Puede que les una la misma pasión por el poder, el dinero y la rapiña, pero jamás las actuales (son tan vulgares y catetas las pobres...) hubieran tenido la inteligencia artística y el buen gusto de querer ser pintadas por Pieter Paul Rubens. Probablemente el flamenco las habría rechazado, y ello también nos dice mucho del exquisito gusto que tenía. (El Museo del Prado que posee quizás la mayor colección de Rubens de todo el mundo no atesora ninguna obra de esta fantástica serie, las "Damas de Génova", que si bien no son conocidas bajo este epígrafe, hay historiadores como Daniela Tarabra, que así las califican, y a mí me venía muy bien mantenerlo como eficacia informativa con respecto a las otras "Damas de la Calle Génova 13 de Madrid".

Luis Francisco Pérez (gracias amigo)

(Y dos rubias, de las de siempre de Genova, acudirán a las urnas con su gracejo popular. l.i.i)