miércoles, 28 de mayo de 2014

los no-tiempos, las no-personas


Uno de los términos más afortunados de las últimas décadas es el acuñado por el antropólogo francés Marc Augé (Poitiers, 1935): los “no lugares”. Se trata de esos espacios anónimos, intercambiables entre ellos, anodinos por no tener personalidad propia, lugares que no son de nadie y son de todos, como por ejemplo las grandes superficies comerciales, los shopping center, los aeropuertos, las autopistas, los supermercados. Lugares por los que todos pasamos pero que pueden estar en cualquier país, pues todos son iguales, o parecidos. Todos los aeropuertos, todos los grandes supermercados, todos los restaurantes de carretera con gasolinera incluida… visto uno, vistos todos. Lugares sin historia y sin gloria, sin futuro. 

Hoy en día deberíamos hablar también de las no-personas. Esas personas que no tienen historia, ni energía, que no harán nada por la que se les recordará, iguales entre ellos mismos, intercambiables, sin ideas propias, sin obras propias. Son lo que se conoce como taquilla, pero nunca espectador, son los números y las cifras de las estadísticas. Nunca los que firman un manifiesto, los que leen un libro y lo comentan, jamás los que lo escriben. La mayoría de nuestros políticos actuales son no lugares, no personas, entes sin futuro ni pasado, copias malas de otras copias malas que repiten sin son textos aprendidos y nunca comprendidos. Que podemos decir de los votantes que unas elecciones tras otras acuden como zombies a votar al mismo de siempre por miedo, por desconocimiento, por no tener capacidad de pensamiento propio. No personas. Cuando se habla del desastre de que los jóvenes, los que están empezando a estudiar, no tengan capacidad de comprensión de lo que leen, que no entiendan lo que repiten en sus exámenes, lo que yo entiendo es que estamos asistiendo a la formación de legiones de no personas. 

Seres incapaces de la crítica, del análisis, de crear una opinión propia, de discernir entre el bien y el mal, de saber diferenciar una orden lógica de otra asesina e injusta. Algo de lo que ya Anna Harendt escribió muy detalladamente: la mediocridad del mal, aquellos que son capaces de colaborar en un exterminio simplemente ajustando los horarios de trenes, las temperaturas de unas cámaras de gas, sin una mala palabra, sin una opinión propia, cumpliendo órdenes que simplemente se debían cumplir en una tautología infinita: son ordenes, luego se cumplen porque son ordenes… no personas, no lugares. Cuando la globalización supera al individuo y hasta la antropología se ocupa de la masa y no del individuo, es en ese momento en el que los arquitectos planean edificios iguales para Dubai o Londres, para Marrakesh o Porto Alegre, lugares a los que nunca irán, ni siquiera a ver las obras, sin importarles las diferencias culturales, climáticas, de paisaje de un lugar o de otro, cuando entiendo que la extrema derecha triunfe en Holanda y en Francia. Es el triunfo del no lugar, la invasión masiva de las no personas.
 

Cada vez que alguien menor de cincuenta años, es decir, nacido después de Robert Frank, más o menos de la generación de Maplethorpe, más joven que Diane Arbus, me dice que a él/ella, el arte actual no le dice nada, que lo que le gustan son los impresionistas y el hiperrealismo, yo no veo una persona mal informada, lo que veo es a un no lugar. Siento la falta de curiosidad, la ausencia de interés por la vida de hoy, la increíble idea de que no es necesario el cine de hoy ni la música de hoy ni el arte de hoy para seguir siendo personas de hoy. Vivir no es sólo respirar y andar, es entender, intentar descifrar las claves de nuestro entorno, de eso que llamamos sociedad, de eso que creemos que puede ser la vida. Para entender esas claves tenemos la cultura y el conocimiento, que generan opiniones y dudas, capacidad y necesidad de mejorar, de cambiar, de ser.

(Rosa Olivares en Exit) (Instalación de Elmgreem&Dragset)

Pensaba haber escrito algo sobre las elecciones pasadas pero el aburrimiento que me provoca estos tiempos banales hace que deje el mensaje muy superior al que se me hubiese ocurrido con este escrito de Rosa Olivares (amiga) y crítica no solo de arte.

domingo, 25 de mayo de 2014

jornada de reflexión y literatura rusa



En España todos esperamos que a los que votamos nos resuelvan la vida. Más adelante, ya solo queremos que simplemente hagan bien su trabajo, pero pasado un año o dos de las votaciones, lo único que necesitamos es que se callen. Ocurre que las promesas son como los amantes, que parece que te van a sacar del aburrimiento y lo único que te sacan es de quicio.
Las estadísticas están hechas para apuntalar mentiras que son tan poco ciertas como esta que tuvimos ocasión de ver hace muy poco: muchas personas recibieron un tuit que simplemente repetía el mensaje: "7.000 personas encuentran empleo cada día en España". 
Una cuenta rápida hace sonar el detector de mentiras: eso serían unas 200.000 al mes, y por tanto, ¡¡2,4 millones al año!! Desgraciadamente, las cosas no están mejorando a ese ritmo (ni lo han hecho jamás, ni siquiera en los años del boom).
Luego he sabido que la frase la lanzó González Pons en un debate pasado en TVE. Ellos lanzan por esas boquitas pintureras cosas así y algunos ni escuchamos, pero los que las oyen atentamente, quizás vayan y les voten. Y ya saben el refrán "mentiras, grandes mentiras y estadísticas"
Sin embargo, antes yo leía y me enteraba y cada vez estaba más confundida, ahora ya solo leo noticias que me aporten algo a mi acervo cultural-innecesario. Por ejemplo, he encontrado estas perlas que comparto con vosotros el día de reflexión para que tengáis algo serio en que pensar, y quedaros mañana tan ricamente en la cama o a la puerta del colegio electoral mintiendo sobre vuestro voto, para que las estadísticas salgan confundidas. Lo mejor sería que las mentiras sirvieran para hacer buena literatura, pero aquí los escritores son hooligans de un bando u otro, no como esta noticia que aporto en la que los rusos son capaces de matar por la literatura.

En la región de Sverdlovsk, en Rusia, un hombre apuñaló a otro después de que éste afirmara que "la única literatura verdadera es la prosa". Al parecer, el asesino era un amante de la poesía; al parecer, también, ambos habían bebido.

Quizás el enfrentamiento se debiese a los excesos etílicos de ambos hombres, tal vez fuese el resultado de la siempre insondable alma rusa (de hecho, también en Rusia y también recientemente, un hombre mató a otro tras haber discutido acerca del filósofo Immanuel Kant, en la que es, pienso, una actitud muy poco kantiana pero bastante rusa).

Aunque la noticia parezca sorprendente en tiempos en que la literatura ha perdido por completo su prestigio y su importancia en términos sociales, el hecho es que algunos pensamos que la literatura es una de las pocas cosas por las que vale la pena vivir y matar. No estamos solos: quienes desprecian la literatura olvidan a menudo que todas las grandes religiones y los principales movimientos políticos han sido fundados y legitimados por libros, y que sus muertos son incontables y han muerto por cosas tan poco importantes como una polémica literaria.

(Fotografía Alfonso Alonso)


sábado, 3 de mayo de 2014

la más maravillosa mujer de instangran














Como definitivo contraste con la anterior entrada, hoy les voy a presentar a una mujer que para mi representa el hecho sustancial de serlo. La abuela Betty, que es reina en instangram con más de 687.000 seguidores, y que ha tenido toda su vida eso que llamamos empatía.

Betty Jo Simpson nunca imaginó que se convertiría en una estrella de Internet a los 80 años de edad. Natural de Indiana, además de criar a tres niños adoptados, trabajaba 12 horas al día, y cuando se retiró y uno de sus nietos tuvo demasiado pronto descendencia,  se ofreció para  ayudar a criarlo para que sus padres no perdieran sus empleos.
 

Después de perder a un esposo y una hija con el cáncer, Simpson  también conocida como la abuela Betty, fue diagnosticada de un cáncer de pulmón terminal. Fue entonces cuando Zach, que tiene 18 años, decidió crear una cuenta para ella en Instagram para compartir fotos. " Quería darle algo que la hiciera feliz y pudiera luchar hasta que pudiera". La madre de Zach, Esperanza Belden, dijo que su madre realiza un seguimiento de su cada vez mayor número de seguidores, celebrando cada hito. Hace una semana, la abuela Betty celebró alcanzar el hito de 687.000 seguidores en Instagram .

A ella le encantaría conseguir un millón y piensa aguantar hasta que la llegue a esa cifra.
Los fotos de Instagram comenzaron con lo que llamaron" selfies de domingo " ; se hicieron más frecuentes a medida que fueron aumentando los seguidores - ahora incluyen videos cortos de la abuela Betty haciendo lo que le gusta hacer mejor : bailar .

Simpatizantes de todo el mundo hacen comentarios de sus fotos,  y expresan su admiración por su manera de afrontar y presentarse en la mayoría de ellas, con actitud pícara y alegre pese a que el dolor que ya aparece en su cara. Su bisnieto dice que la experiencia es muy positiva para Betty porque logra mantenerle ocupada y con el ánimo elevado.

(Como no tiene nada que perder ella sigue fumando)