Jacques Lacan habla del apetito carnívoro del deseo. Hay deseos sin duda más fuertes que los carnales. A mediados de los años 80, ese deseo impulsó a numerosos matemáticos e ingenieros a crear fórmulas que impulsaran los beneficios. Durante años, todo fue en la línea perfecta, hasta que la fórmula más exitosa, terminó por desplomar a la economía mundial. Si tantos economistas habían pasado a la posteridad con sus fórmulas financieras y sus sorprendentes atajos para lograr la ganancia facil (Merton y Scholes, entre otros) Li tenía el proyecto que hacía falta. Entre sus numerosos estudios e investigaciones matemáticas y estadísticas, Li dio con una correlación formidable a la que llamó “la cópula gaussiana” por empalmar dos campanas de gauss sintonizadas hacia un extremo. La cópula gaussiana –ahí está la clave fue la que nos jodío a todos. Sólo dejaba fuera un 1% de posibilidades y ese porcentaje tan imposible fue el que desató la tormenta perfecta que hundió la Wall Street y éste a todos los demás.
La variable de los activos inmobiliarios habían ido en ascenso durante 70 años, creando una confianza de que nada la haría cambiar de rumbo, e incentivando todos los pronósticos al alza. Pero ocurrió lo impensable y el precio de los activos comenzó su desplome. Cuando quisieron cambiar la fórmula, era demasiado tarde. David Li fue contratado por JPMorgan, la primera empresa que a mediados de los 90, comenzó a emplear la fórmula de la rentabilidad financiera según Li. Esto duró más de una década. Y el invento de Li se popularizó. El propio Li en un determinado momento se dio cuanta de que algo fallaba pero nadie le hizo caso.
En 2008 comenzó la mayor crisis financiera de la historia. Hoy tres años más tarde ninguno de los responsables ha dimitido, ninguno de los financieros que llevaron a la ruina a miles de ciudadanos ha sido condenado. Ninguno de los responsables de las grandes bancos, reguladoras, agencias de calificación o cualquier otro lobby financiero ha sido castigado. Ayer vi el documental Inside Job -documental sobre las malas prácticas y la explicación de la crisis- día de su estreno a primera hora de la tarde con la sala repleta . Cuando acaba el documental el público aplaude. Yo también. Y que conste que no creo en abolir los mercados. Pero sí en su regulación. Sales enterado y listo para pedir guillotina.
¿Qué provocó la crisis?
La avaricia, la incompetencia, las mentiras y la prepotencia de los de siempre, los menos. Y la pasividad de los más.
¿Quienes son los responsables? En primer lugar los reguladores: los Gobiernos que en lugar de regular, desregularon a partir de los 80 las prácticas delictivas de las grandes casas y bancos de inversión. Wall Street estaba en la administración, gobernaba la economía. Los CEOS de Goldman Sachs salían de sus empresas hacia a la administración, la FED, el Tesoro. Menos de 100 nombres, que se repiten insistentemente con diversos gobiernos repúblicanos y demócratas.
Responsables son los economistas de las mejores universidades americanas, desde Harvard a la Columbia, interesados en no ver, no oír y cobrar como asesores a los que estaban provocando el caos. Nombres que comienzan en la Administración Reagan, continúan con Bush, Clinton, Bush Jr., y llegan al gobierno de Obama, en el que están los mismos. Los ha recuperado a todos. Ahí están todos ellos, recibiendo miles de millones de dólares en bonus, después de hundir el sistema, después de recibir ayudas del gobierno. El magnifico documental Inside Job, debía de ser de visión obligada. En él están repletos de colesterol, con la mirada perdida, con la desfachatez puesta. Con cara de tontos y trajes de listos. Declarando que la gestión fue de notable. Gentes que parecen no saber nada, y estar doctorados en cinismo ignorante. Personajes que nadaban en un mar repleto de cocaína, tarjetas de crédito de sus empresas dedicadas a pagar a prostitutas, psicoanalizados por un terapeuta que explica muy bien quienes son. Adictos a todo, pero sobre todo al dinero. Al fácil, al irresponsable.
La película cuenta desde dentro- con algún topo- como se lo montaban. Cómo las grandes agencias de rating califican en función de los que pagan. Y que en los dos años anteriores a la burbuja multiplicaron por 300 sus beneficios. Esas agencias, que un mes antes de la caída de Lehman Brothers la calificaban con AAA es decir, máximo de solvencia. También está Bernanke que hacía informes para las casas responsables de prácticas fraudulentas bendiciendo su maravillosa gestión, y hasta sale en pantalla un profesor titubeante y medicado, que hizo un informe sobre Islandia bajo cobro de 350.000 dólares diciendo la gran solvencia de la banca que estaba endeudada 200 veces el PIB del país de los hielos. Un país, en el que millonarios de la noche a la mañana compraban empresas, bancos, aviones en base a pedir créditos para financiarlos. Ahora estamos en lo mismo pero los créditos, los piden los gobiernos. La crisis de la deuda llegará, sin duda. Siempre me pregunté dónde había ido a parar todo aquel dinero que desapareció de un día para otro. Tengo la respuesta: se los quedaron los directivos y los bancos centrales. De otra manera no me explico de dónde sacan tantos miles de millones para todo cada vez que se reúnen.
¿Y en España? Busque quienes están detrás de ese periódico bandera, por ejemplo. Se sorprenderá gratamente. Porque mientras la sociedad (y sobre todo los políticos) se dedican a ese invento dialéctico que se llama derecha e izquierda, será más difícil percatarse de quién manda realmente y busque también quién hay detrás de las primeras compañías del IBEX y descubrirá a los mismos. Que por cierto llevan ahí desde siempre. Después de tres años nadie ha sido encarcelado, y todos los gobiernos que no vieron nada ni regularon nada, dicen no ser culpables. A ellos les pilló la mayor crisis fraudulenta de la historia, mientras se maquillaban para salir en televisión asustando !que vienen los mercados, que vienen los mercados! Para una vez asustados decirnos que debemos rescatar al sistema financiero.
Es una película documental de terror gore.
Tan buena, tan sin contemplaciones, que ganan los malos. Real.